El Zorro de "El Principito", ese fascinante personaje creado por Antoine de Saint Exupery, brindó una definición memorable. "No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos", Muchos miran sin ver, esto deja en evidencia que la visión pueda ser una condición necesaria pero no suficiente. Florencia Romero mira exclusivamente con su corazón, así forjó su destino de persona, mujer y atleta.
Nacida hace 20 años en Buenos aires, pero criada en Esquel, Florencia está por vivir el momento más esperado de su vida (deportiva), eso que tantas veces soñó, por lo que tanto luchó, disputar un Juego Paralímpico. Lo hará en la prueba de lanzamiento de disco en la categoría F11 (ciegos totales) mañana a las 18:02, será cuestión de poner nuestros corazones frente al televisor.
Cabe recordar que la Argentina tendrá una delegación record para esta gran cita deportiva que comenzó en Roma 1960. Son 85 los argentinos que participarán en Rio buscando superar las cinco preseas conquistadas en Londres 2012, pero por las historias que hay detrás de cada atleta seria poco inteligente hablar de medallas, todos ellos ya son campeones y superaron adversidades mucho más intensas que cualquier competencia.
Pero nuestra protagonista insoslayable hoy es Florencia Romero, que en la jornada de ayer pudo vivir, sentir y disfrutar de la ceremonia de apertura y que desde el 2 de septiembre se encuentra instalada en la villa olímpica, "Esto es increible, todo lo que hago me parece un sueño, ir a comer o entrenar se vuelve algo fascinante, no podría pedir mas" refleja con emoción nuestra compatriota que además tiene el agrado de compartir el departamento con sus compañeras de atletismo: Yanina Martinez (100 y 200 metros T36), Aldana Ibañez (100 metros y salto en largo T47) y Karina Loyola (lanzamiento de bala y disco F41). Expresa que tiene en mente disfrutar esta experiencia al máximo pero que no fue a Rio de Janeiro a pasear, "actualmente estoy en el octavo puesto en el Ranking mundial, así que mi idea primero es mejorar mi marca personal (24,78mts) lo mas que pueda y meterme entre las 5 mejores", a lo que inmediatamente añade,"la idea es lanzar lejos y después del 9 disfrutar todo, tengo 10 días más para eso". Ella sabe muy bien que este será su primer paralímpico, pero apuesta que como mínimo estará en cinco oportunidades más por su extrema juventud (la más joven de la prueba) y naturalmente porque la vida útil de un lanzador es bastante más extensa que la de un velocista o cualquier otro deportista).
No fue nada fácil la clasificación ya que a diferencia de los atletas convencionales, los paralímpicos deben realizar la marca clasificatoria en un torneo internacional homologado por el Comité Paralímpico Internacional (IPC). Nuestra lanzadora amiga consiguió dichas marcas en los Juegos Panamaricanos de Toronto donde lanzó 24,45 metros y en el Mundial de Doha con 24,08 (le exigían 22,5 metros), pero esto no alcanzó para sellar su clasificación, hubo que esperar hasta los últimos días de junio para confirmarla, ya que es el IPC el que manda los cupos para cada deporte y a Argentina llegaron 11 cupos para atletismo (7 hombres y 4 mujeres), por los resultados obtenidos Florencia estaba segunda en el ranking de mérito del país sólo por detrás de la medallista mundial Yanina Martinez.  |
| Las manos de Florencia hechas para una ocasión especia, La Ceremonia de Apertura |
Con respecto a la técnica utilizada entre un atleta convencional y uno paralímpico con disminución visual explica que no hay diferencias (se requiere una combinación de técnica y fuerza), lo único diferente es que ellas entran a la prueba con un guía que es el que las acomoda desde afuera de la jaula indicando a donde deben posicionarse para iniciar el lanzamiento. "Trabajamos mucho lo que es la orientación para que el disco pueda salir por la abertura que tiene la jaula, hay mucho trabajo atrás de esto. Los convencionales cuando notan que se están pasando de la abertura obviamente lanzan el disco y nosotros seguimos de largo, pero es algo que a cualquiera le puede pasar" confesó Romero.
Pasado y Presente
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| Florencia junto a sus seres más amados |
Empezo de muy pequeña a practicar deporte, con sólo 5 años jugaba al hockey. Pero al poco tiempo le descubrieron lo que se llama retinoblastoma bilateral (cáncer de ojos), dicha enfermedad se mantuvo controlada por un lapso de tiempo debido a los tratamienos realizados, hasta que los tumores atacaron uno de sus ojos, lo cierto es que a los 8 años Florencia había perdido completamente su visión. Desde primer grado hizo doble escolaridad, escuela convencional y de ciegos, por eso nunca le costó la adaptación. También entrenaba y estudiaba ingles.
En el ámbito deportivo sus inicios fueron en los Juegos Evita donde compitió a nivel regional,provincial y nacional ganando oros en cada competencia. Participaba en lanzamientos pero también en 100 metros llanos y natación. En uno de esos torneos Javier Alvarez, el técnico de la selección paralímpica de atletismo la observó y la convocó a una concentración en el CENARD en diciembre de 2011. A los meses ya estaba participando de su primer torneo internacional en Fortaleza, Brasil. Cuatro años después se encuentra a poco más de 24 hs de participar de un Juego Paralímpico. Sin dudas las tierras cariocas serán parte de los mejores recuerdos de la simpática y agradable deportista.
Florencia vive actualmente en Buenos Aires con su familia, todos ellos aprovecharon a volver del sur ya que ella empezó a estudiar Psicología en la UBA y entrena diariamente en el CENARD, sin dudas la familia es un gran sustento y cimiento para hacer realidad cada uno de estos sueños que hoy se empezaron a hacer realidad.
Llena de vida y deseos, es evidente que nació para el deporte, allí encontró cada razón de ser, sus amigos y hasta su amor, Alberto Cretton Salas. "Este es mi mundo, amo este mundo y a cada una de las personas están en el mundo del deporte" sus palabras emocionan, su historia también. No estará sola en la jaula, eso seguro. Somos muchos los que lanzaremos junto a Florencia Romero cuando el reloj marque las 18:02.
Mariano Augusto Bernal
