miércoles, 28 de diciembre de 2016

Martín Arroyo: "Queremos que lo que le pasó a Yani le pase a muchos chicos más"

      Se encuentran relaciones simbióticas en todos los rincones de la vida. En lo social, en lo cotidiano, el arte y por supuesto también en el deporte. Lo ideal es que entre el entrenador y el atleta exista esta simbiósis. La necesidad recíproca de saber que uno no es sin el otro. Martín Arroyo y Yanina Martínez son el ejemplo más fino y claro de una simbiosis en el deporte. Son el uno para el otro desde hace 11 años, "canallas" y rosarinos que en este 2016 tocaron el cielo con las manos cuando Yanina logró coronarse en Rio de Janeiro como campeona paralímpica (el primer oro desde Atlanta 1996).
   Cuando arrancaron Yanina era sólo una niña que incentivada por su entorno comenzaba a hacer deporte de manera recreativa y estimulativa para palear su parálisis cerebral, Martín un joven estudiante de Educación Física que desconocía por ese entonces el "mundo paralímpico". Los sueños los fueron superando a fuerza de trabajo para encontrarse poco más de una década después con semejante palmar. Una historia consecuente. Primero vino la sorpresiva clasificación a Londres 2012, el potencial se hacía más evidente, medallas doradas en el Parapanamericano de Toronto y podios mundiales en Doha. "A Rio sabíamos que íbamos a buscar. Queríamos la medalla olímpica. Se dio del color mas lindo, si bien uno espera el oro cualquiera hubiese sido el color para nosotros era un objetivo cumplido"   concluyó Arroyo.
Yanina Martínez y Martín Arroyo, cómplices de felicidad
  Se contempla facilmente la admiración y el orgullo que siente Arroyo para su pupila, "Ella se merecía todo esto, por tanto sacrificio. Dejó muchas cosas de lado como cumpleaños y reuniones de fin de semana con familia y amigos. El deporte te hace perder muchas cosas, pero te hace ganar otras que sin duda son impagables" y todo esto lo relató con la firme convicción de que lo volverían a hacer y la prueba más tangible es que luego de ser campeona paralímpica Yanina estaba en la pista como un día más, como cualquier atleta. Miran para adelante, miran hacia oriente. Martínez cumplió esta semana 23 años, y junto Arroyo buscarán completar un nuevo ciclo olímpico por un lugar en Tokio 2020. 
    Una de las preguntas que uno puede realizarse es ¿cómo un entrenador logra mantener la ambición en un deportista que logró lo máximo? Arroyo destaca que en principio tiene que ver con la personalidad del atleta, "Yanina rie cuando corre, muy pocos atletas lo hacen. Yo veo que ella disfruta cuando está en la pista y eso hace las cosas más fáciles para un entrenador". Pero obviamnete él no trabaja en soledad, resalta la tarea de su colaboradora y Kinesióloga Romina González para un mejor rendimiento de su atleta, de la psicopedagoga y la psicóloga para mantener los pies sobre la tierra y entender que estas cosas maravillosas un día culminarán. Pero para Arroyo el pilar fundamental es sin dudas la familia, "ellos son los responsables de que sea una personita que se haga querer, con inocencia y que no deja de sonreír nunca" y enseguida agrega "Yanina no se queja nunca de un trabajo o algo por el estilo, disfrutamos mucho del atletismo". 

Los Pedidos  


Las cosas no surgen de la nada, se requiere trabajo, pasión y amor por lo que se hace para realmente destacarse. Condiciones que como entrenador a Martín le sobran. A partir de este año pasó a integrar el Comité Paralímpico Argentino como entrenador y por eso recibe actualmente una beca del ENARD, lo cual fue  fundamental para mejorar el trabajo con Yanina. Pero por el momento se encuentra en la espera de una respuesta por otra beca de la Secretaria de Deportes. Quien escribe cree que las "ayudas" debieran llegar con antelación a los resultados. Pero habiendo tenido el mejor resultado posible, ¿se podría ser tan ingrato de hacer oídos sordos o directamente negarse?, mejor pensar que la respuesta será afirmativa.
Pero la gran lucha tanto de Yanina como Martín es otra. Ambos piden encarecidamente poder viajar juntos, paradójicamente Arroyo nunca pudo acompañar a su atleta. A Rio de Janeiro viajó por su cuenta con su esposa y la familia de Yanina, "espero que el año que viene después de tantos pedidos y lucha, podamos ir a todos lados como equipo, ese es nuestro deseo" anhela enfáticamente el talentoso entrenador.
    Con respecto a lo acontecido en Rio de Janeiro, más allá de la felicidad extrema por el logro en los 100 metros, quedó una cuenta pendiente en los 200. Porque bien sabe él que Yanina estaba para el podio y la impotencia de no haber estado junto a ella  en esa final cala muy hondo. Lo cierto es que en Rio de Janeiro, si Martinez metía en la final de los 200 lo logrado en la primer serie, ella hubiera sido plata. No sólo eso sino que en este año siempre había corrido en 30 e incluso 29 segundos. Algo aconteció e hizo que no se pudiera, Arroyo duda que sea físico por eso es vital el acompañamiento.Por suerte la revancha será el año que viene  en el mundial de Londres.

En el Gigante de Arroyito



¿Luego de las finales en 100 y 200 metros que le dijiste a Yani? 

En ambas ocasiones estaba en la tribuna, no podía ir con ella porque no tenia credencial. La esperé cuatro horas y cuando la vi no hubo muchas palabras, nos abrazamos bien fuerte. Lo que le dije fue que lo había logrado. Había mucho en juego, muchísimo .Por un montón de cuestiones que se dieron anterior a esto y Yani sabía que tenía que volver con un logro para que siguiéramos sin problemas. Teníamos algunas presiones y pudimos superarlas. Algunos no tienen nada que perder, no era nuestro caso. Hemos demostrado que solamente con trabajo se podían tapar algunas bocas
Con respecto a los 200 metros,luego de la final ella no estaba muy bien, y le dije que nada iba opacar lo que sucedió cuatro días atrás. Enseguida hice vídeos, mandamos saludos a algunos periodistas, salimos de foco totalmente y disfrutamos de ver atletismo juntos desde ese lugar tan privilegiado por lo cerca que estábamos de la pista.


¿Creés que se está cambiando la formación en el deporte?

  Hay profesores que son jóvenes, que trabajan a pulmón y no los paras.  La cuestión no es dinero, sino dejarlos proponer, dejarlos emerger. A veces los profesores y ciertos atletas están ocultos y necesitamos sacarlos del anonimato. Si eso lo podemos hacer en conjunto esto crece agigantadamente. Se está cambiando y cada vez el cambio será mas progresivo. Esto se debe al gran secreto que se reveló, que es el trabajo, no hay nada que pueda contra esa medida de fuerza. 

¿Cuál es el rol que debe cumplir el estado en el deporte?

Yo creo que el ENARD y la Secretaria de Deportes cumplen hoy un rol fundamental para que el deporte sea de alto rendimiento. Nosotros nos debemos a eso y nuestra responsabilidad está dada por el sistema de becas por el cual debemos cumplir con ese régimen. Lo que si creo es que en Rosario, mi ciudad, debiera haber políticas deportivas. Los reconocimientos son buenos, siempre uno está presente. Son mimos a los atletas. Yo hoy tengo atletas que son muy buenos y que próximamente van a dar que hablar pero a mi me parece que tenemos que trabajar en el desarrollo a largo plazo para que estos deportistas puedan llegar mucho mas fácil e incluso estar acompañados  con 2 o 3 atletas más. Hoy en día en el grupo y en el seleccionado nacional Yanina es referente,y hay que aprovechar eso.  Todos los chicos que se suman  quieren entrenar con ella como referente.También sirve el trabajo que se ha hecho y que se está haciendo con los chicos, acá en Rosario la gente lo sabe. Pero se necesitan políticas deportivas que acompañen el desarrollo de estos pequeños atletas, que son el futuro. Ojalá y es el sueño que nosotros decimos con yani en todas las notas, queremos que lo que le paso a ella le pase a muchos chicos mas.



Revivamos el punto de inflexión en la vida de Yanina Martínez y por supuesto también de su mentor, Martín Arroyo. Argentina suma una campeona paralímpica a su historia.