Recientemente llegado de la paradisíaca isla de Curazao, donde se realizó el panamericano de Karate, Miguél Amargós se encuentra con el sabor ácido de volver sin una medalla. Para cualquier mortal un quinto puesto panamericano sería un resultado excepcional, pero no para alguien como él. En su diccionario es sinónimo de derrota. Afirma que le es muy difícil asimilar lo sucedido, busca trascender en su tiempo, busca poder vivir de lo que ama y llegar a ser una leyenda en su deporte.
Sabe que necesita aprender de los errores, que deberá retroalimentarse de ellos, revisar aspectos técnicos y psicológicos, para ser cada día un mejor atleta, con el anhelo final de consagrarse en los Juegos Olímpicos de Tokio donde el Karate tendrá su primera participación.
Amargós y su novia Melina en pleno torneo |
Miguél, oriundo de un barrio de la zona sur de la capital tucumana, "Mi hermoso Villa Alem, un barrio humilde pero con gente educada y bondadosa, nada me llena más que una visita a mi querido barrio", cuenta que allí la gente se saluda por las mañanas, que vas a la panadería o carnicería y te quedas charlando, todos se conocen. Eso seguro es lo que más extraña viviendo en Buenos Aires, donde vive desde el 2015 obviamente para conseguir una plenitud y competencia deportiva que lastimosamente en su tucumán natal no iba a tener. Concluye que su novia Melina Martínez (también Karateca) fue su gran sostén para soportar el cambio estructural de vivir en la gran ciudad donde para él la gente es más fría.
Inhala y exhala Karate en cada bocanada de aire, y cómo no hacerlo, sí desde los siete años lo practica, en sus inicios llevado para calmar su irá, algo que erradicó completamente de su vida, salvo para las competencias, lógicamente. Un ser profundamente competitivo, no le gusta perder a nada, "Cuando vamos a las pruebas de biomecánica compito con los demás para ver quién salta mas o quién tiene mas resistencia" confiesa abiertamente nuestro gran deportista. El karate está en su sangre, sus hermanas Milagros y Rocío también lo practican pero además su pequeño hijo Aquíles. Sobre su descendencia afirma "A él tampoco le gusta perder en nada, es un guerrero. Le gustan las artes marciales. Compartimos películas juntos y los dos somos fanáticos de Dragon Ball Z".
Miguél y su pequeño Aquíles |
La otra gran pasión de Amargós, es la crianza de American Bully, una raza de perros de origen norteamaricana relativamnte nueva. Este emprendimiento lo comenzó en el 2012 porque le gustaba la raza y en la Argentina había pocos ejemplares. Suele presentarse en exposiciones y destaca la calidad de personas que ha conocido en ese ambiente. Obviamente todo está detrás de su gran sueño, su sueño olímpico, y para cumplir los sueños hay que ser transgresor y algo irreverente, por eso es tajante en afirmar: "No respeto a nadie, para mi los otros competidores son bolsas de carne", ¿cómo no ilusionarse con tamaña figura? ¿estamos en presencia de un Crismanich? ¿ De un Pareto? El tiempo lo dirá, lo que es seguro es que dejará hasta la última gota de sangre para lograrlo, el ranking mundial actual (está 6to) lo posicionaría en un hipotético diploma olímpico, algo no menor. Pero sabemos que el deporte no es estadística, los mejores también fallan y quizás ahí estará Miguel para capitalizar los errores de otros y volver con una presea colgada. El también cree fuertemente que estará entre los mejores en Tokio. Quien escribe, Villa Allem, Tucumán y la Argentina entera lo acompañaremos haciendo de su anhelo, el de todos.
Quizás el momento más trascendental en su vida deportiva, fue conseguir la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto en 2015 en la categoría de hasta 84 Kg. para culminar es dable volver a disfrutar ese momento único en su vida.
Quizás el momento más trascendental en su vida deportiva, fue conseguir la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto en 2015 en la categoría de hasta 84 Kg. para culminar es dable volver a disfrutar ese momento único en su vida.
Mariano Augusto Bernal